
A veces
alguien te sonríe tímidamente en un supermercado
alguien te da un pañuelo
alguien te pregunta con pasión qué día es hoy
en la sala de espera del dentista
alguien mira a tu amante o a tu hombre con envidia
alguien oye tu nombre y se pone a llorar.
A veces
encuentras en las páginas de un libro una vieja foto de la persona
que amas y eso te da un tremendo escalofrío
vuelas sobre el Atlántico a más de mil kilómetros por hora
y piensas en sus ojos y en su pelo
estás en una celda mal iluminada y te acuerdas de un día luminoso
tocas un pie y te envervas como una quinceañera
regalas un sombrero y empiezas a dar gritos.
A veces
una muchacha canta y estas triste y la quieres
un ingeniero agrónomo te saca de quicio
una sirena te hace pensar en un bombero o en un equilibrista
una muñeca rusa te incita a levantarle las faldas a tu prima
un viejo pantalón te hace desear con furia y con dulzura a tu marido.
A veces
explican por la radio una historia ridícula y recuerdas a un hombre
que en vida fue tu amigo
disparan contra ti sin acertar y huyes pensando en tu mujer y en tu hija
ordenan que hagáis esto o aquello
y enseguida te enamoras de quien no hace ni caso
hablan del tiempo y sueñas con una chica egipcia
apagan las luces de la sala y ya buscas la mano de tu amigo.
A veces
esperando en un bar a que ella vuelva escribes un poema en una
servilleta de papel muy fino
hablan en catalán y quisieras de gozo o lo que sea
morder a tu vecina
subes una escalera y piensas que sería bonito que el chico que te gusta
te violara antes del cuarto piso
repican las campanas y amas al campanero
o al cura o a Dios si es que existiera
miras a quien te mira y quisieras tener el poder necesario para
ordenar que en ese mismo instante se detuvieran todos los relojes
del mundo.
A veces
sólo a veces gran amor.
alguien te sonríe tímidamente en un supermercado
alguien te da un pañuelo
alguien te pregunta con pasión qué día es hoy
en la sala de espera del dentista
alguien mira a tu amante o a tu hombre con envidia
alguien oye tu nombre y se pone a llorar.
A veces
encuentras en las páginas de un libro una vieja foto de la persona
que amas y eso te da un tremendo escalofrío
vuelas sobre el Atlántico a más de mil kilómetros por hora
y piensas en sus ojos y en su pelo
estás en una celda mal iluminada y te acuerdas de un día luminoso
tocas un pie y te envervas como una quinceañera
regalas un sombrero y empiezas a dar gritos.
A veces
una muchacha canta y estas triste y la quieres
un ingeniero agrónomo te saca de quicio
una sirena te hace pensar en un bombero o en un equilibrista
una muñeca rusa te incita a levantarle las faldas a tu prima
un viejo pantalón te hace desear con furia y con dulzura a tu marido.
A veces
explican por la radio una historia ridícula y recuerdas a un hombre
que en vida fue tu amigo
disparan contra ti sin acertar y huyes pensando en tu mujer y en tu hija
ordenan que hagáis esto o aquello
y enseguida te enamoras de quien no hace ni caso
hablan del tiempo y sueñas con una chica egipcia
apagan las luces de la sala y ya buscas la mano de tu amigo.
A veces
esperando en un bar a que ella vuelva escribes un poema en una
servilleta de papel muy fino
hablan en catalán y quisieras de gozo o lo que sea
morder a tu vecina
subes una escalera y piensas que sería bonito que el chico que te gusta
te violara antes del cuarto piso
repican las campanas y amas al campanero
o al cura o a Dios si es que existiera
miras a quien te mira y quisieras tener el poder necesario para
ordenar que en ese mismo instante se detuvieran todos los relojes
del mundo.
A veces
sólo a veces gran amor.
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